A veces no es suficiente con querer a alguien | #8
amandaruz.substack.com
El tema es que hay veces que no es suficiente querer a alguien. Verás, todo esto tiene mucho que ver con la típica frase de que querer a alguien es dejar que se vaya. Es triste, pero es así, porque hay veces que no es suficiente querer mucho o amar a la otra persona. Hay veces, que por mucho amor que haya entre ambas partes, la vida juega a separarlas. Los caminos miran hacia direcciones contrarias y ves que por mucho esfuerzo que haya nunca llegan a cruzarse. No estoy hablando de rendirse, estoy hablando de que llega un momento en el que tanto esfuerzo al final hiere. Llegar a esta conclusión dentro de una relación creo que es uno de los momentos más duros, sinceros con nosotros mismos y fuertes mentalmente, porque la mayoría de las veces nos cegamos tanto creyendo en la fuerza del amor que puede con todo y que nos han vendido erróneamente, que no llegamos a entender que estamos haciendo daño al otro y por supuesto, a nosotros mismos. A veces confundimos el amor con retener, luchar y sacrificarnos, y es cierto que de estas dos últimas acciones existe un porcentaje, pero hay que ver cuándo es el momento de parar y reflexionar sobre lo que estamos haciendo. Porque hay veces que estamos aportando más de lo que podemos dar y en ese transcurso, sin quererlo, ni darnos cuenta, nos perdemos.
A veces no es suficiente con querer a alguien | #8
A veces no es suficiente con querer a alguien…
A veces no es suficiente con querer a alguien | #8
El tema es que hay veces que no es suficiente querer a alguien. Verás, todo esto tiene mucho que ver con la típica frase de que querer a alguien es dejar que se vaya. Es triste, pero es así, porque hay veces que no es suficiente querer mucho o amar a la otra persona. Hay veces, que por mucho amor que haya entre ambas partes, la vida juega a separarlas. Los caminos miran hacia direcciones contrarias y ves que por mucho esfuerzo que haya nunca llegan a cruzarse. No estoy hablando de rendirse, estoy hablando de que llega un momento en el que tanto esfuerzo al final hiere. Llegar a esta conclusión dentro de una relación creo que es uno de los momentos más duros, sinceros con nosotros mismos y fuertes mentalmente, porque la mayoría de las veces nos cegamos tanto creyendo en la fuerza del amor que puede con todo y que nos han vendido erróneamente, que no llegamos a entender que estamos haciendo daño al otro y por supuesto, a nosotros mismos. A veces confundimos el amor con retener, luchar y sacrificarnos, y es cierto que de estas dos últimas acciones existe un porcentaje, pero hay que ver cuándo es el momento de parar y reflexionar sobre lo que estamos haciendo. Porque hay veces que estamos aportando más de lo que podemos dar y en ese transcurso, sin quererlo, ni darnos cuenta, nos perdemos.