A veces no es suficiente con querer a alguien | #8
El tema es que hay veces que no es suficiente querer a alguien.
Verás, todo esto tiene mucho que ver con la típica frase de que querer a alguien es dejar que se vaya. Es triste, pero es así, porque hay veces que no es suficiente querer mucho o amar a la otra persona. Hay veces, que por mucho amor que haya entre ambas partes, la vida juega a separarlas. Los caminos miran hacia direcciones contrarias y ves que por mucho esfuerzo que haya nunca llegan a cruzarse. No estoy hablando de rendirse, estoy hablando de que llega un momento en el que tanto esfuerzo al final hiere. Llegar a esta conclusión dentro de una relación creo que es uno de los momentos más duros, sinceros con nosotros mismos y fuertes mentalmente, porque la mayoría de las veces nos cegamos tanto creyendo en la fuerza del amor que puede con todo y que nos han vendido erróneamente, que no llegamos a entender que estamos haciendo daño al otro y por supuesto, a nosotros mismos. A veces confundimos el amor con retener, luchar y sacrificarnos, y es cierto que de estas dos últimas acciones existe un porcentaje, pero hay que ver cuándo es el momento de parar y reflexionar sobre lo que estamos haciendo. Porque hay veces que estamos aportando más de lo que podemos dar y en ese transcurso, sin quererlo, ni darnos cuenta, nos perdemos.
Creo que en la vida existen límites para todo y no es que sean malos, simplemente son un mecanismo de defensa. Sinceramente creo, que la lucha por algo debería cesar cuando dejamos de ser nosotros mismos para ser una extensión del deseo. Nos empeñamos tanto en que algo funcione, que perdemos nuestra esencia para convertirnos en esfuerzo. Dejamos de hacer el resto de cosas que nos hacen felices y nos obcecamos con un mismo destino, y eso no es sano para nuestro entorno, ni para nosotros mismos. Además, esta última parte, es aplicable para todo en nuestra vida: la obsesión con algo solo nos condena a la desidia.
Volviendo al tema principal, no digo que haya que renunciar a la ligera porque el amor, aparte de perseguirlo hay que construirlo, en las relaciones de pareja o de cualquier tipo. Pero sí que hay que ver cuándo es el momento de parar y entender que por mucho empeño que pongamos, si los caminos no miran hacia la misma dirección, probablemente y a pesar de todo lo bueno que hemos logrado, más que beneficio, indirectamente nos estemos haciendo daño.
Como siempre, puedes escucharme, en Spotify.
O verme mientras me escuchas, en Youtube.