Estamos muy mal acostumbrados. Somos la generación de la exigencia, de la inmediatez. De abandonar por creer que no tenemos tiempo, en vez de priorizar lo que de verdad merece nuestro momento. Somos la generación con más información a nuestro alrededor y también la más perdida. Somos la voz culta que grita y nadie escucha, el susurro del necio que todos quieren oír. La experiencia oculta de cara a un currículum y la ansiedad como compañera de cama.
La generación perdida
La generación perdida
La generación perdida
Estamos muy mal acostumbrados. Somos la generación de la exigencia, de la inmediatez. De abandonar por creer que no tenemos tiempo, en vez de priorizar lo que de verdad merece nuestro momento. Somos la generación con más información a nuestro alrededor y también la más perdida. Somos la voz culta que grita y nadie escucha, el susurro del necio que todos quieren oír. La experiencia oculta de cara a un currículum y la ansiedad como compañera de cama.